La expresión “me siento mal, tengo ansiedad” es cada vez más frecuente en los pasillos de la escuela y, por lo mismo, es complicado distinguir la ansiedad genuina de otras causas.
Sin embargo, es real que está presente, según la American Psychological Association, hasta un 25% de los estudiantes experimenta síntomas de ansiedad durante su etapa escolar.
Quizás ahora vienen a tu mente algunos de tus estudiantes que presentan señales de alerta, vamos a repasar qué podemos hacer como docentes para detectarla correctamente y acompañarles.
La ansiedad suele ser una respuesta natural del cuerpo ante el estrés, pero cuando se vuelve una constante, comienza a afectar la vida cotidiana. Deja de ser "natural" cuando surge debido a la expectativa de que algún evento peligroso o negativo está por ocurrir, en otras palabras, a una anticipación de amenaza (verdadera o no).
Puede manifestarse de las siguientes maneras:
Algunas estrategias efectivas para manejar sanamente la ansiedad son:
Padres y docentes juegan un papel crucial para ayudar a los estudiantes a enfrentar la ansiedad. ¿Cómo? Fomentando la comunicación y creando un ambiente de apoyo y escucha, alentándolos a expresar sus sentimientos y mostrar empatía y enseñarles a enfocarse en un paso a la vez, evitando que la ansiedad sobre el futuro les abrume el presente.
ATENCIÓN: Para concluir, si la ansiedad se vuelve tan intensa que afecta el desempeño escolar, las relaciones personales o la salud en general, es momento de buscar ayuda de un profesional. La terapia puede marcar una gran diferencia en la vida de alguien que está luchando con la ansiedad.
Por LCF. Mónica Hernández Ibarra
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