November 18, 2024
Ansiedad en los estudiantes: cómo detectarla y manejarla
La expresión “me siento mal, tengo ansiedad” es cada vez más frecuente en los pasillos de la escuela y, por lo mismo, es complicado distinguir la ansiedad genuina de otras causas.

Sin embargo, es real que está presente, según la American Psychological Association, hasta un 25% de los estudiantes experimenta síntomas de ansiedad durante su etapa escolar.

Quizás ahora vienen a tu mente algunos de tus estudiantes que presentan señales de alerta, vamos a repasar qué podemos hacer como docentes para detectarla correctamente y acompañarles.

¿Qué es eso de "la ansiedad"?

La ansiedad suele ser una respuesta natural del cuerpo ante el estrés, pero cuando se vuelve una constante, comienza a afectar la vida cotidiana. Deja de ser "natural" cuando surge debido a la expectativa de que algún evento peligroso o negativo está por ocurrir, en otras palabras, a una anticipación de amenaza (verdadera o no).

Puede manifestarse de las siguientes maneras:

  • Nerviosismo constante: Sentir tensión o miedo la mayor parte del tiempo, incluso en situaciones que no parecen amenazantes.
  • Problemas de concentración: Dificultad para enfocarse en tareas o interés por los estudios o pasatiempos que solían disfrutar.
  • Dificultad para dormir: Problemas de sueño o insomnio frecuente.
  • Malestares físicos: Dolores de cabeza, de estómago, palpitaciones, sudoración, temblores, dificultad para respirar / hiperventilación, debilidad o tensión muscular.
  • Cambios de humor: Irritabilidad, frustración o tristeza sin causa clara.

Consejos para manejarla

Algunas estrategias efectivas para manejar sanamente la ansiedad son:

  1. Establecer una rutina: Tener un horario claro y sencillo ayuda a reducir el estrés. Es ideal que incluya tiempo para estudiar, descansar y hacer actividades recreativas.
  2. Realizar actividad física: El ejercicio libera tensiones y mejora el ánimo. Actividades como caminar, practicar deportes o estirar. Algo que tus estudiantes disfruten y puedan hacer regularmente.
  3. Practicar la respiración profunda: En momentos de ansiedad, inhalar profundo por la nariz, retener unos segundos y exhalar lentamente por la boca. Este ejercicio ayuda a calmar tanto la mente como el cuerpo.
  4. Técnica de Relajación Muscular Progresiva: Tensar y relajar diferentes grupos musculares del cuerpo, comenzando por los pies y avanzando hacia la cabeza. Esto ayuda a liberar la tensión acumulada.
  5. Visualización positiva: Romper con los pensamientos negativos rumiantes e imaginar un lugar tranquilo y seguro. Por ejemplo, en lugar de pensar “no puedo hacer esto”, decir en voz alta: “voy a intentarlo y dar lo mejor de mí”.
  6. Son efectivos: Los objetos táctiles reconfortantes (ej. pelota antiestrés, tela suave), masajes leves, música relajante, baños relajantes o afirmaciones positivas.

Estrategias adicionales para padres y docentes

Padres y docentes juegan un papel crucial para ayudar a los estudiantes a enfrentar la ansiedad. ¿Cómo? Fomentando la comunicación y creando un ambiente de apoyo y escucha, alentándolos a expresar sus sentimientos y mostrar empatía y enseñarles a enfocarse en un paso a la vez, evitando que la ansiedad sobre el futuro les abrume el presente.

Pregúntate... ¿se viven todas estas recomendaciones en mi aula?

ATENCIÓN: Para concluir, si la ansiedad se vuelve tan intensa que afecta el desempeño escolar, las relaciones personales o la salud en general, es momento de buscar ayuda de un profesional. La terapia puede marcar una gran diferencia en la vida de alguien que está luchando con la ansiedad.

Por LCF. Mónica Hernández Ibarra